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Cuento desde el interior

desde el interior
desde el Interior

Antes de empezar, quiero contar acerca de lo que he venido experimentado durante este último tiempo. Y es que, después de estar recorriendo un largo camino de aceptación ante la cruda realidad irreversible que me presenta el destino. En este cuento desde el interior, he entendido que no tengo el control de ninguna cosa en la vida, excepto respirar.

Y eso, porque no tengo buena salud y eso significa que de alguna manera, estoy más allá que acá. Aquello me ha cambiado la vida como un huracán; sacudida e impotente me ha dejado el interior.

Para ti: cuento desde el interior

Hoy 18 de febrero, un día que transcurre como cualquier otro pero con un incesante caos dentro de mi, aún su contacto sigue sin que yo ponga punto final; pues para el fruto de malas decisiones y a la vez negaciones: sigo amándolo, deseándolo, de vez en vez odiandolo e intentando buscar excusas, estrategias, la pócima que me ayude a cortar distancia como si por arte de magia me borra el casete, cosa que simplemente se convierte en fallidos intentos.

Como consecuencia, la mente no deja de sentirse mortificada y con dolor en el alma, que, en lo más profundo de mi pecho sigue clavándose una y otra vez, con la razón totalmente nublada y el consejo propio o ajeno ciertamente ignorado. Sin embargo, vislumbro entre tanto caos un punto de luz la cual aparece como muestra de aceptación de la realidad que me he negado a ver por mucho y me quedo corta.

2:50 de la madrugada

Los días son fríos y lejanos, y cada vez entiendo que ya no volverá a ser parte de mi ni yo de él, y eso me hace perder la cabeza. Nadie contesta mis preguntas porque nadie puede entenderlo. Y como si no fuera poco, su corazón se ha vuelto hostil, duro, distante, seco como un muro impenetrable, el más forjado y protegido. No obstante, es 1 de marzo, son las 2:50am, mirando hacia el techo, las lágrimas sobrepasando toda cordura; solo me he quedado con el veneno de la locura y una tormentosa tristeza en el vacío inmenso de mis noches de insomnio.

deseperanza
noches de insomnio

Es así, que no me acostumbro aún, marzo llegó y no esta aquí, pues es ya un año en que pusimos punto final. Me llueven los recuerdos de aquellos días, pero ya no hay tiempo, ya no hay pretexto alguno que valga. Mi mente y corazón están descontrolados, no sale el sol en mi verano; cuando decide sacarme de su vida, seguirla lejos de mi amor que era genuino pese a todo.

Se fue y todavía no sé qué espero, tal vez, para ser franca que todo se vuelva efímero y algún día deje de doler. Verle aún, sería una satisfacción tan grande que inunda el alma, una felicidad tan corta y fugaz, que luego se convertiría en pena, frustración, celos, impotencia y ansiedad que, al final me hacen regresar al mismo punto: amarlo. Fue así, que, con tanta rabia, un día le hablé de ti al cielo y llovió, llovió afuera y aquí adentro, donde has estado guardado, siempre en el mismo lugar.

17 de junio

Entre lo dicho, quiero decir con sinceridad que no soy ni me siento capaz de conocer otro ser, pues no me nace. Porque así luche conmigo misma, sigo amándolo y ese gran amor debe seguir su camino hasta que pueda cerrar el ciclo, palabras que un tiempo atrás eran indecibles e inconcebibles. Ahora, es 17 de junio en el que lentamente puedo afrontarlo y entenderlo, ¿y cómo llegue aquí? A causa del dolor, rechazo, emociones altamente encontradas y con el simple hecho de no quererme más en su vida: esa idea ha terminado de destruir por completo el pequeño universo que dormía conmigo cada noche debajo de la almohada.

Finalmente, es 10 octubre, ya lo he dicho todo, lo he repensado, dándole mil y mil vueltas para que al final llegue al mismo punto: en mis manos no queda nada ya por hacer, lo di todo, hasta donde no, me entregué entera; le di hasta los lunares que no conocía, fui más suya que mía. Solamente quiero terminar de morir con esto; y pronto, no sé en qué momento, renacer, vivir y poder sonreír, ser una versión mejorada. Poder nuevamente abrazar la calma y esa paz interior que pueda hacerme sentir plena y vivaz.

Tocar el cielo dos veces

La tristeza ha empezado a quedar atrás, decidí dar un paso hacia adelante, luego de estar resistiéndome ante lo inminente, resolví empezar a ceder, abrirme a un capítulo incierto de mi vida, en el que estoy de pie con el miedo a mi derecha, la incertidumbre a mi izquierda y la tristeza de frente sin saber qué depara este mundo. En ocasiones no logro nombrarlo, luego pongo los pies en la tierra y vuelvo en sí y entiendo el por qué o bueno, eso creo yo.

Algunas veces siento que me vence, que estoy loca, enfurecida y mi interior se enciende. Sin embargo, puedo entender que estoy en un proceso de volver a mi, al primer amor que soy yo, después de ahogarme y tocar el cielo enamorándome. Lo que me hace convencerme de que se puede tocar el cielo dos veces: una amando a alguien y la otra amándome a mi misma. Y, por último: me quiero ver sonriendo así este medio harta y algo rota, porque soy miel y tú alérgico.

suficiente
El primer amor soy yo

Me quedo con esto: El valor se construye y se toma desde el alma, mas no de lo físico, para poder seguir hacia adelante.

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2 comentarios en “Cuento desde el interior”

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