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Covid-19 crisis de la privacidad

Libertad vs Seguridad: ¿Cuál será el precio a pagar por el control del covid-19?

La importancia que tiene la invención de la internet hasta hoy, ha demostrado que es capaz de otorgar lo mejor de sí pero que a su vez, se convierte en un arma de control, guerra y poder en la sociedad. Puesto que, es necesario entender el contexto de la historia de la era cibernética; tema que menciono en el post: ¿Qué es cybercomunicación?, por lo tanto, todo toma sentido al saber que esta herramienta también puede ser utilizada como medio para destruir, siendo en sus inicios el objetivo primario para lo cual fue creada o tal vez descubierta. El covid-19 puede ser invención o hallazgo.

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Internet

Entonces, al tener una idea general de cómo las nuevas tecnologías tienen el dominio casi total de la humanidad. Es preciso analizar el manejo que se le está dando al coronavirus vs privacidad, quienes están conduciendo a la sociedad en medio de la hegemonía de la comunicación e información; en la que constantemente transmiten por doquier la primacía de la supervivencia y que por ende viene el sacrificio del placer y pérdida del sentido de la buena vida.

Este es el mundo que vaticina Byung-Chul Han después de la pandemia: «Sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente», afirma el pensador coreano.

Sobrevivir

Ausencia de humanidad generada por la alteración y el miedo colectivo

Ahora, en segunda instancia, es bien sabido que del miedo se alimentan los gobiernos. En la crisis, las personas vuelven a buscar líderes, de ello se benefician desmedidamente los entes de poder, que, al declarar el estado de emergencia, de alguna u otra manera lo convierten en una ‘situación normal’. Es decir, nos venden libertad vs seguridad, ya que, no solo nuestros medios de comunicación, sino incluso nuestro cuerpo y estado de salud se convierten en objetos de vigilancia digital. Entonces, por sobrevivir, sacrificamos voluntariamente todo lo que hace que valga la pena vivir: la sociabilidad, el sentimiento de comunidad, la cercanía y el disfrute.

Así que, el Estado sabe dónde estoy, con quién me encuentro, qué estoy haciendo en este momentos, que ando buscando, en qué pienso, qué compro, qué como. Además de todo esto, también están controlando la temperatura corporal, el peso, los niveles de azúcar en sangre, etc. Todo esto, por ‘ejercer control sobre el covid-19’.

control

Sin embargo, tampoco es que las masas pongan mucho de su parte, pues, como bien sabemos, la tecnología en nuestras vidas a tomado un protagonismo único, nunca antes visto, que el uso extenso y excesivo ha conllevado al que la sociedad sea generadora de inmediatez digital, permanecer conectados 24/7 y que ahora la forma de relacionarse está condicionada a que suceda a través del Smartphone.

¿Qué sigue?

No obstante, los invito a que juzguen bajo su propio criterio y díganme si después de las redes sociales, los teléfonos inteligentes, la creación del coronavirus, porque claramente es otra arma de poder y orden mundial, impongan a través de ello, regímenes de vigilancia, cuarentenas biopolíticas, pérdida de libertad, fin del buen vivir y carencia de humanidad. En definitiva, la realidad supera la ficción en todos los niveles.

Y, en consecuencia, exigen, que para seguir vivos se debe sacrificar voluntariamente todo lo que hace que valga la pena, como, por ejemplo: servicios religiosos, idas a restaurantes, asistencias a eventos de entretenimiento, ir de compras a un centro comercial o algo tan simple como visitar un parque. Con la pandemia hay que aceptar sin cuestionamiento la limitación hasta de los derechos fundamentales.

pandemia

El problema puede ser la solución

Con todo lo anterior: qué nos queda como humanidad, cómo podemos intentar luchar contra los grandes aristócratas que rigen este planeta. Una de las posibilidades son las tecnologías de protección del derecho a la intimidad (PET) que pueden contribuir a garantizar que la crisis del covid-19 no se convierta en una crisis de privacidad.

»Las PET pueden lograr un equilibrio entre la salud pública y la privacidad al permitir el intercambio de información con privacidad mejorada sin revelar los datos privados de las personas. Y agregado a esto exigir la fomentación de nuevas prácticas reales y efectivas en la protección de datos en las redes sociales y páginas web que por x o y motivo solicite la captación de dicha información»

Por último, es indispensable entender que, si se mira con los ojos de desesperanza tal vez sea poco o nada lo que se logre, pero si mejor observamos con ojos de adaptación al cambio, unión y lucha, puede que el problema se convierta en solución y que esos pequeños pero valiosos resultados sean la construcción de una defensa en pro de la humanidad y como habitantes de este planeta.

En consecuencia, trabajar en cómo mitigar el impacto negativo de las nuevas tecnologías y ponerle fin a esta pandemia con todas sus variaciones políticas, económicas, sociales, culturales, invasión excesiva a la privacidad y seguridad.

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