Ser libre

¿Inseguridad?

Sí, muchas hemos sentido esa sensación de inseguridad en algún lugar, momentos, situaciones o personas que te hacen sentir despreciada e insignificante. ¿Por qué lo menciono de esta manera? Porque sé que muchas de nosotras en repetidas ocasiones salimos al trabajo, estudio, reuniones, salidas etc, sintiéndonos bellas, majestuosas llevando ese lindo vestido, o esos jeans que horman precioso, la falda que compraste y no ves la hora de lucirla para sentirte linda y querida por ti misma.

En pleno siglo XXI, aún no es posible ser tú misma, ya que seguimos estando bajo un nivel de miedo, angustia e inseguridad en una sociedad que no ama, ni respeta, ni valora a la mujer, sino que en vez de ello, nos lleva a tal punto de degradación en que ser bella, libre o capaz no es posible. Sin embargo, nos encontramos en continuo ataque por medio de miradas insinuantes, corrompidas, comentarios burdos, ademanes hostiles, maltratos verbales, que desgraciadamente debo decirlo, en su mayoría, por parte de hombres (niños, jóvenes, adultos, ancianos). Intencional o no, sacan la bestia pervertida y asquerosa hacia la más pequeña hasta la más adulta.

Ahora bien:

No sé si te sientes identificada, cuando vas en el autobús, carro, caminando en la calle, realizando cualquier cosa, y en todo momento topamos con seres despreciables como estos. Tal vez, has llegado a pensar o sentir que debes taparte totalmente, llevar cosas que no llamen la atención, porque esa es otra, ¿no? Que, por llevar tal vestimenta, actuar de una manera u otra, entonces somos causantes de tantos actos depravados, solo porque somos, porque queremos ser libres, humanas, perfectas en su imperfección. Cada una es bella con su tipo x de cuerpo, su forma de llevar el cabello, su piel, su raza, su esencia.

Entre tanto por enunciar, acepto que no son todos, pero sí existe un notable número de hombres que les gusta hacer este tipo de cosas. Pero mis queridos no todo está perdido aún, pues entre tanta maldad y oscuridad, aún hay esperanza y las enumero de esta manera:

• Empezando por respetarnos entre nosotras mismas
• No fomentar escenarios de ‘bajeza’ en los cuales nosotras mismas incitemos a la degradación. El poder de atracción física que poseemos no es lo único que tenemos para ofrecer
• No ser partícipes de ciertos contenidos que lleven a la degradación moral y ética, todo por llenar expectativas en la sociedad del consumo y el espectaculo. Plataformas como las redes sociales, conversaciones, tipos de música en tonos ya muy desagradables incentivan a este tipo de actos. Lo que va generado que la misma sociedad la asuma y la tolere, cuando realmente no debe ser así
• Otro punto muy importante es la formación desde casa, puesto que es de vital importancia en nuestras vidas. Me pregunto ¿qué clase de mujeres o hombres están formando los padres de familia para el mañana? El machito, la sumisa dependiente. Por nombrar casos muy generales.

Conclusión

Para concluir, les pido que reflexionemos. ¡Hoy, las invito a que no nos dejemos apagar. Podemos encontrar muchas formas de seguir siendo nosotras. Por ejemplo: tomando el apoyo de organizaciones que trabajan en pro del bienestar de las mujeres, que luchan por igualdad de derechos y condiciones, pero que además invitan generar conciencia en nosotras mismas. Puesto que el trabajo va primero en nuestra mente, convicciones, valores y ahí sí podemos tomar medidas que nos ayuden a estar seguras y libres. No puede seguir siendo posible que, muchas de nuestras habilidades y capacidades deban ser reducidas, limitadas o al punto de desaparecer, solo porque estamos en peligro constante. NO, ¡ME REHÚSO!, debemos seguir luchando para poder ser, ser mujeres libres, humanas, con esa esencia que cada una llevamos por dentro y no tener esa sensación de inseguridad constante.

¡Ayudemosnos unas a otras!

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